Carvativir, las “goticas milagrosas” de Maduro contra el coronavirus
Encantado otra vez de estar aquí con ustedes resolviendo dudas...
El pasado 24 de enero el presidente de Venezuela, Nicolás
Maduro, anunciaba en la televisión venezolana un nuevo remedio patrio contra la
covid-19: “Medicina totalmente inocua… No tiene ningún tipo de efectos
secundarios… Ha demostrado una efectividad tremenda”. Un día después, en su
cuenta de Twitter, denominaba a este producto como “las gotitas milagrosas de
José Gregorio Hernández” y anunciaba que Venezuela estaba en disposición de
producirlas de forma masiva. A pesar de rectificar y aclarar que dicho remedio
es “complementario” a otros tratamientos, estas afirmaciones constituyen un
ejemplo claro de desinformación sanitaria y propaganda política.
Estas “goticas milagrosas” hacen referencia al Carvativir,
un medicamento derivado del tomillo y del orégano, cuyo principio activo es el
carvacrol o cimofenol (2-metil-5-(1-metiletil)-fenol). La propia Academia
Nacional de Medicina del Venezuela, la institución académica más relevante en
materia de salud del país, reconoció inmediatamente en una nota preliminar
sobre el Carvativir, tras la declaración pública del presidente Maduro, que
este medicamento “no tiene nada de novedad, pues tanto los extractos como los
productos puros del tomillo tienen ya una larga tradición como nutricéuticos y
agentes terapéuticos desde tiempos ancestrales”.
Ya el pasado 18 de marzo de 2020, al comienzo de la
pandemia, el Colegio de Médicos de Madrid, a través de su Observatorio Digital,
informaba sobre falsas noticias acerca de agentes terapéuticos contra el
SARS-CoV-2. Entre ellas, alertaba sobre ciertas informaciones falsas
relacionadas con los aceites esenciales de orégano o de tomillo, que se
postulaban como un tratamiento sencillo, capaz de eliminar la envoltura
lipídica del virus “para que luego sea más fácil de combatir por nuestro
sistema inmunitario”. Hacía mención al timol y al carvacrol, e indicaba “que
por sí solas no tienen capacidad de destruir la cubierta lipídica del virus”.
¿Qué es el Carvativir?
Según la ficha técnica de este producto desarrollado en
Venezuela, el Carvativir es un medicamento en forma de solución oral (para
administración en gotas), y cada mililitro contiene 6 mg de carvacrol (isotimol
recombinado lipofílico). La Agencia Norteamericana de Medicamentos y Alimentos
(FDA) lo considera “seguro e inocuo para consumo en humanos”. Su ficha técnica
también indica que ha sido clasificado en la categoría IV de toxicidad (“no
tóxico”) por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
¿Qué justifica la eficacia del carvacrol contra la covid-19?
Algunos estudios de modelado molecular y ensayos de
citotoxicidad y de neutralización por reducción de placa (PRNT) han puesto de
manifiesto que el carvacrol y otros principios procedentes de plantas son
capaces de unirse a la proteasa principal del virus SARS-CoV-2, proteína Mpro.
Este hecho hace pensar a los investigadores que estos principios activos
podrían servir como potenciales inhibidores del proceso de regulación de esta
proteína y, así, controlar la replicación viral.
Otros estudios de acoplamiento molecular también inciden en
este punto, al demostrar que el carvacrol y otros aceites esenciales poseen
afinidad por la unión a la proteína de pico SARC-CoV-2, la proteasa principal
Mpro, la ARN polimerasa dependiente de ARN y las proteínas ACE-2 humanas.
¿Existe evidencia clínica de la eficacia del Carvativir en
la covid-19?
La ficha técnica del Carvativir indica, literalmente, que
“es un inhibidor de la proteasa principal del agente SARS-CoV-2 (Mpro), y está
indicado para el tratamiento de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19)
en adultos y adolescentes asintomáticos o con neumonía que requieren oxígeno
suplementario”.
Sin embargo, no existe ni un solo artículo publicado en las
revistas indexadas en las habituales bases de datos científicas que aporten
datos sobre la eficacia de este producto en la covid-19.
Para encontrar datos clínicos sobre el Carvativir en la
covid-19 hay que ir a Amazon, donde aparece publicitado un texto editado por
Labfarven, en el que se indica que se aportan datos de la actividad antiviral e
inmunomoduladora de isotimol recombinado en pacientes covid-19 asintomáticos y
sintomáticos, procedentes de ensayos clínicos en fase I, II y III, pero sin
tener acceso a los mismos de forma abierta.
Otra de las escasas evidencias científicas, se encuentra en
una publicación de los mismos autores, editada por Droguería J&R, en la que
también se muestran datos de ensayos de fase I y II, y que parecen ser
resultados parciales de la publicación anterior.
El estudio aporta datos de una escasa muestra de 100
pacientes (50 con oxígeno suplementario, 10 con ventilación mecánica y 40
asintomáticos), a los que se administró de 7 a 14 días una dosis 6 de mg/ml
cada 4 horas de carvacrol. Los resultados del estudio, según los autores,
indican el aparente efecto beneficioso del isotimol en los pacientes que
recibieron oxígeno suplementario y en los que requirieron ventilación mecánica.
En el grupo que necesitaba suplementación de oxígeno, el 92
% de los pacientes fueron dados de alta en aire ambiente, y 9 de los 10
pacientes de la cohorte de ventilación mecánica fueron extubados con éxito. En
cualquier caso, las características metodológicas del estudio (carácter
prospectivo y no controlado, escasez de la muestra, administración concomitante
de otros fármacos, como corticoides o hidroxicloroquina, etc.) imposibilitan su
publicación en cualquier revista científica de prestigio revisada por pares.
Todo el desarrollo clínico del Carvativir en covid-19 carece
del suficiente rigor científico y los datos han sido publicados en fuentes de
difícil o nulo acceso. En la base de datos clinicaltrials.gov y en la base de
datos EudraCT de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) no existe ningún estudio
en curso con esta molécula.
¿Y qué datos existen sobre su seguridad?
El carvacrol está reconocido por la FDA como GRAS (Generally
Recognized as Safe), acrónimo empleado para referirse a sustancias que son
usadas como aditivos alimentarios, siendo generalmente reconocidas como seguras
en este ámbito, pero no como medicamentos. En cualquier caso, los escasos datos
clínicos parecen indicar que este principio activo es bien tolerado.
Sin embargo, en algunas publicaciones se ha reportado que el
carvacrol puede interferir con la actividad de las enzimas hepáticas, y causar
hepatotoxicidad. Pero esta toxicidad solo tiene lugar al utilizar los aceites
esenciales a dosis elevadas y durante un periodo de tiempo prolongado.
Cuidado con “el milagro de las goticas”
La evidencia científica y clínica del Carvativir en el
tratamiento de pacientes con covid-19 es enormemente escasa y muy preliminar;
anecdótica, podríamos decir. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha
pedido insistentemente que se publiquen los resultados clínicos disponibles
sobre el Carvativir.
Con estos mimbres, es absolutamente injustificado e
irresponsable promocionar su uso como esperanza terapéutica por parte de los
responsables políticos, incluida la máxima autoridad de Venezuela. Y también
puede ser sumamente peligroso, pues si se dejan de aplicar aquellos
medicamentos cuya eficacia sí ha sido contrastada clínicamente y se confía en
los efectos de este preparado, se pueden encontrar con el fallecimiento de
muchos pacientes que esperan el “milagro de las goticas”.
El verdadero “milagro” para estos países con escasos
recursos sanitarios y terapéuticos debería ser la articulación de medidas y
políticas internacionales que facilitasen un acceso a los medicamentos justo,
amplio y solidario.
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